Revelación

Se nos viene la ola invisible
Desde el sol poniente
Que abandona mi refugio.

Golpeó a tu ventana la Furia,
La Delirante, la Incapturable.
Y siguiendo del ruido celeste
Te cayo en la trampa
Ardiente de mis brazos.

Ya he encontrado
La mano fulminante
De un porvenir terco,
Bailando como un brujo ebrio
De un poder desconocido.

No vale la pena
Esconder tus huellas
Detrás de luces ciegas,
Se enrollarán esas cuerdas
Alrededor de tus puños,

Y gustarás por primera vez
El mordisco del deseo,
La quemadura de oraciones
Inconfesables,
El canto del corazón
Esclavo de otro,
El peso inmenso
De lo inmutable,
Y la miel del milagro
Al amparo de mi voz.

Pronto se nos vendrá
El día inolvidable,
Y bajo el trueno
De nuestras almas tejidas,
Habremos derotado
Al imposible.